FISIOPATOLOGÍA
El tórax es una caja oseo cartilaginosa
que contiene los órganos encargados de la respiración y circulación y que cubre
parte de los órganos abdominales.
La caja torácica esta constituida por
el esqueleto óseo ( columna vertebral, costillas y esternón), y un
conjunto de músculos, que son los músculos del tronco, los músculos
intercostales y el diafragma. Las paredes del tórax cumplen una doble función:
por un lado protegen el contenido visceral, y por otro intervienen
de manera fundamental en la mecánica ventilatoria.
El contenido de la caja esta formado
por una serie de órganos vitales para el organismo, como son, los órganos
centrales del aparato respiratorio ( pulmones, pleura, vías respiratorias,
traquea y bronquios), los órganos centrales del aparato circulatorio, (
corazón, pericardio y grandes vasos, como la aorta, venas cavas del sistema
circulatorio sistémico o periférico y vasos del sistema pulmonar), y
el esófago y los grandes troncos nerviosos pertenecientes al sistema nervioso
autónomo.
Para poder desempeñar la función
ventilatoria, es fundamental que las paredes del tórax tengan
elasticidad y movilidad. En cada inspiración, la caja torácica aumenta de
volumen, mientras que los pulmones, adheridos a ella por la pleura, se
distienden para que penetre el aire dentro de sus alveolos. El proceso de la
espiración es pasivo.
Cuando este equilibrio anatomofuncional
se rompe por una fuerza traumática, la función ventilatoria
se trastorna y la fisiología cardiorrespiratoria se altera.
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